lunes, 6 de diciembre de 2010

PARA GABRIEL Y BENJAMÍN

¿Me estoy poniendo vieja? ¡No! Mis hijos crecen muy rápido…

Definitivamente el tiempo no se detiene para nadie, para mí no haría una excepción.
Es paradójico, porque mientras más me enorgullezco de la independencia de mis cachorros, también soy objetiva, veo que crecen y la partida es un asunto inminente, muchos me dirán si falta un año para que Gabriel salga del Colegio, que me estoy preocupando antes de tiempo …

Pero si analizamos con paciencia y con la misma objetividad, yo a su edad ya era la polola de su padre y estaba a punto de quedar esperando al cachorro del que hablo.

Entonces el tiempo es la cosa más veloz del universo y este “año” que nos queda se irá a la misma velocidad que éste y estaré como muchas madres con el maquillaje corrido, llorando como una desquiciada, porque el bebé que no podía vivir sin mí, estará encaminado a estudiar en la Universidad y tendré que tomarle una foto de cuerpo entero para recordarlo, porque no le veré ni el cabello a partir de su salida del Colegio.

No todo es un drama… Porque no todas las madres se verán tan jóvenes como yo en la graduación de mi hijo (jejejejeje)

Y lo más importante es que tengo a Benjamín mi cachorro menor que tardará 4 años más en salir del Colegio.
El chiste es que tengo un sentido maternal muy desarrollado, pero no de un modo sofocante, los dejo ser y hacer dentro de un marco políticamente organizado y demarcado. (La cosa no anda al lote)

Lo que sucede es que soy hipersensible con ellos, podemos estar a kilómetros de distancia haciendo cosas muy diversas, en un momento si algo por pequeño que sea les sucede tengo siempre a mano el celular y los llamo es una conexión muy fuerte yo siento cuando algo pasa y a su vez ellos también cuando algo me pasa lo sienten. Quizás desarrollamos este lazo desde que los esperaba siempre estuve muy en comunión y contenta de este vinculo tan importante, soy una madre presente y para mí ha sido el trabajo más importante del mundo.

Muchas personas no comprenden que mi trabajo “no remunerado” es lo que me ha movido estos casi 17 años.

No he dejado de vivir mi vida aunque siempre estos dos nenes son prioridad número uno.

Escribo porque me gusta y no tengo miedo a los cambios, pero es bueno detenerse mirar hacia atrás ver el camino andado, y continuar caminando por donde la vida nos quiera llevar.

No estoy sola en este andar, tengo una certeza muy poderosa en que hay algo o alguien que recompensa lo que con amor se hace, y sé que muchas de las pruebas que hemos tenido que pasar, son precisamente para prepararnos para tiempos bellos donde veré que lo que sembré en sus corazones, florezca en la felicidad que ellos conquistarán.

Realmente el amor crea cosas maravillosas en la vida de las personas.
Confío infinitamente en ese amor, porque ellos pueden sentir que lo que hago y digo con ellos y para ellos es verdad.

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