miércoles, 16 de julio de 2014

Los hombres y yo.

A días de la última conversación se puedo observar los hechos y repasar la historia, fuerte y corta y destructiva, como una tormenta.
Al menos salí viva de esto y el dolor se anestecia escribiendo
Ahora el teléfono sigue sonando, pero no lo respondo.
No deseo comenzar nada nuevo ahora.

A veces siento que solo apareció para enseñarme a desconfiar, pero no quiero juzgar al próximo por el daño que el me hizo.
No sería justo.
No todos son iguales, quizás haya peores y he corrido con suerte, aún no lo se.

Un resumen con los mas importantes.

El padre de mis hijos, con el que viví 16 años.

Un hombre complejo demasiado soñador y golpeado por una niñez muy triste.
Oido musical, verborreico, de sonrisa fácil.
Excelente proveedor y padre sobreprotector, resultado, diferencias irreconciliables, ahora el mejor amigo que tengo sin duda porque me conoce demasiado y lo conozco mas que nadie.
Quizás eso sea lo que mató todo, la ausencia de misterio, la falta de suspenso.
Siempre pronto a ayudarme, nunca deja de comunicarse.

El hombre de madera, el mayor de todos, con el que he tenido varias idas y vueltas, sencillo, silencioso, certero. 
Grueso, firme, con cabello largo, ojos verdes.
Con hijos grandes, independiente, sólido.
Dulce como pocos, solo cuando tiene tiempo.
Preocupado de trabajar y trabajar y trabajar.
Nunca ha cortado el nexo, se preocupa de mi familia con sinceridad.
A veces amigo, a veces amante, a veces nada.
Casi todos los días me da las buenas noches con un mensaje.

El hombre de fuego, el último, el menor de todos.
Alto, delgado, hermoso, blanco como la luna.
Brillante, pero sin nada claro.
Intenso, intermitente, pasional, celoso, lujurioso, egoísta.
No es de aquí, ni de allá, en constante crisis, melancólico y solitario, más conectado a las sombras que a la luz.
Rezo por el porque siento que le hace falta ayuda.

Y sigo viviendo y respirando, pensando que sería interesante encontrar a alguien que reuniera lo positivo de estos tres hombres.

Mientras me dedico a mis dos hombres mis hijos que están diseñando su vida, uno rudo con centro de chocolate y el otro sensitivo y volátil.
Dos hombres que me alegran la vida y me quitan el sueño cada vez que salen, a los que puedo abrazar cada vez que quiero, y a los que puedo contarles todo, porque no hay secretos, porque los adoro con el alma.
Ellos saben que son lo más importante y dejan claro su posición en mi vida a todo quien se acerca.
Soy su madre y eso no lo puede cambiar nadie.

Los hombres de mi vida imposible vivir sin ellos.





domingo, 15 de junio de 2014

Lo espera

A veces lo odia, 
la mayoría del tiempo lo siente cerca
y de noche lo extraña...

Y así va pasando el tiempo hasta que oye su voz,
esa voz que la hace despegar, la voz que acompaña esa boca 
que la besa hasta dejarla inconciente.

Hombre con piel de luna,
blanco, luminoso, ardiente.

El que le regaló una flor que nunca murió
y que curiosamente brotó creando vida nueva,
porque a veces la magia existe
y no hay que analizar nada.

Hombre que reconoce sus afectos y los atesora,
fuerte, enérgico, poderoso.

Tiene imágenes para regalarle,
fuerza bajo su ropa, ardor en la mirada.

Ella lo espera, tienen asuntos pendientes... 


En mis desvelos.

Despertar con la camiseta mojada, 
mientras la oscuridad lucha por invadir mis pensamientos, 
aunque la luna no ilumina mi ventana, 
mi luz vuelve y se impone.

El calor que respiro empaña la pantalla.
Iluminar la senda con colores nuevos es tarea de pocos, 

derretir acero entre sombra y hielo, 
mi propio destino.

Si...
Tengo la fuerza, la piel y el deseo.
Lo tengo todo.
Abrazo mi fragilidad, 

esos los trozos que se pulieron con el paso del tiempo cual diamantes.

Brillo mientras todos duermen y acompaño al silencio.
Sigo acá, mi misión continúa...

miércoles, 11 de junio de 2014

Felicidad

Me gusta ver el mar cuando me acerco a Valparaíso en el metro,
los días de lluvia tienen ese encanto de fuerza natural de dejar claro lo pequeños que somos,
mientras con fuerza se vuelve inquieto el oleaje.

El viento trae las nubes que bajan y precipitan, con fuerza, con truenos y relámpagos,
como si Dios nos indicara su poder.

Y soy feliz viviendo esto.
Poder sentir la humedad en mi cara, el viento que se cuela entre mi pelo desordenando todo.

Así debe ser.
La gente se esconde bajo los paraguas, buscando un poco de paz bajo la tormenta.

Me gusta sentirme pequeña, del mismo modo que me dejo perder en sus brazos, que hoy están lejos.
Y soy feliz viviendo esto

Quizás el me extrañe, quizás desee lo que yo deseo... 

domingo, 8 de junio de 2014

Ella camina

Reescribir una historia que empezó como un viaje y continúa por caminos nuevos.
Quizás debe ser así quizás ese es es único destino de la protagonista, avanzar sin miedo y sin pausa respirando caminando, avanzando, tal vez eso la aleje de sus amores y al mismo tiempo siembre en ellos nostalgia por su paso en  sus sueños, porque ella vive en imágenes, aromas y su piel.

La piel que la condena y la libera, la que la hace única, quien la pone por sobre el tiempo y la distancia.
Mientras ella camina haciendo de las avenidas que cruza un acto de fe.

Días de invierno caminando bajo la lluvia iluminando con sus ojos la tarde, porque a pesar de las sombras que conviven con ella, puede dar paso a esa luz que tiene dentro, esa que llama la atención, que intriga y que enamora.

Ahora duerme sola.
Pero deja un espacio en su cama esperando al que logre doblegar su soledad y deje fluir un amor honesto, mas fuerte que la voluntad de seguir caminando y avanzando como acto de fe...

Cada hombre que conoció le enseñó algo, y sobretodo a diferenciar lo bueno de lo malo, lo que anhela y lo que no quiere volver a vivir.

Uno en su corto paso le mostró otro mundo, el deseo puro, el fuego, los celos, el odio, la ira, la voracidad.
La inteligencia cobra un precio alto, cuando de análisis se trata, ahora lo extraña hasta que le duele el cuerpo, mientras el se evapora lejos y en silencio.

No está exenta de vueltas, cerca de su órbita gravitan los que no la olvidaron, los que no se atrevieron o los que en un momento ella quiso, porque de un modo especial amo por un corto tiempo.

Los hombres que besó, los que la vieron sin ropa, los que conocieron sus ojos despertando en la mañana con el maquillaje corrido y las sábanas desordenadas tras la batalla.

Ella camina, seguro alguien observa su andar ... 




miércoles, 21 de mayo de 2014

Hombre de fuego

Y si... 
Estoy de vuelta como si un tornado hubiera entrado en mi vida y me dejara el alma expuesta.

Pasó, vive, entró derribó mis defensas, doblegó mi voluntad.
No tengo miedo de sentir, de aventurarme menos con el.
Quiero mas, quiero todo.
En sueños y en vivo.

Tengo imágenes de el, tengo el sabor de su sexo, de su boca que me abrió un universo de sensaciones que estaban apagadas.
Ni el año de relación aburrida que tuve me dejó así.
Ahora se acobardó, el que prometió mil batallas por mis ojos, por mi mirada en la mañana, por los arañazos en la espalda que le propiné, que los moterones en mis piernas que dejó.

La rosa que me regaló sigue viva.
Lo que siento sigue intacto.
El es una fuerza de la naturaleza y apareció sin que lo buscara, ahora debe hacerse cargo de mi muerte, de mi silencio y de la imagen que tiene de mis ojos cuando lo amé.
Mis ojos que lo van a acompañar donde quiera que se esconda, aunque busque otros brazos, aunque bese otra boca, yo sigo ahí en su cabeza, en su piel en su sangre y en su alma.

Para vivir hay que ser valiente, de los cobardes nunca se ha hecho historia.
No hay olvido.
Solo quedan páginas en blanco...




martes, 4 de febrero de 2014

Sacudiendo tu torpeza.

Esos silencios incómodos que están acabando con todo.
Cuando las cosas en la superficie van bien y por dentro se desmoronan como madera atacada por termitas.
Así estamos hoy cuando no somos nada a pesar del tiempo que nos hemos dedicado, de las noches los besos y la humedad sudada.
Ahora comprendo que por más que haya entregado nunca bastó, porque tienes miedo y te refugias en tu trabajo para no vivir nada de lo que te regalo con intensidad.
Y no es mi culpa.
Hiciste una herida enorme en mi corazón, pero sabes que soy joven, que soy persistente y que de un modo u otro te perdono tus faltas, porque aunque te hagas el duro eres un niño.
Yo necesito un hombre completo.
En algún lugar estará.
Lo que yo tengo de sobra es tiempo...
Y eso me da una paz enorme