sábado, 20 de noviembre de 2010

PASIÓN Y LETRAS.



Teresa era capaz de plasmar en papel lo que sentía sus dolores quedaban expuestos en cada página y en cada respiro.
Nadie pudo comprender en su época lo que fué su llamado como mujer
era capaz de necesitar transgrediendo las normas aceptadas
fue castigada por ser honesta fue desterrada al dolor mas inmenso,
vivir lejos de sus amadas hijas.
Buscó anestesia en el Veronal que la llevó a la muerte sin llegar a cumplir los 29 años.
Murió lejos de su tierra y de quienes amó, fue un alto precio el que pagó por ser diferente,
por vivir adelantada a su época, por amar sin pedir nada a cambio y por necesitar emociones que le llenaran el alma.
Ella creía en el amor libre, por el solo gusto de sentirse viva aunque fuesen momentos breves. Sus amantes más de alguna vez quisieron dejar en letras lo que ella les inspiraba. Tal vez una carta así alguno le dedicó…

“Mi amada Teresa:

Esta noche, te siento cerca de mí.
Es lindo este sentimiento que me embarga,
como si todo mi ser se inundase con tu bondad y tu hermoso corazón.
Cierro mis ojos sin dormir, sólo para estar más cerca de ti.

Para hablarte de todas las cosas que sólo tú y yo sabemos.
No hay distancias que apaguen este sentir,
no hay barreras que me separen un segundo de ti,
porque a pesar de nuestras lejanías de cuerpo,
estamos más unidos que nunca.

No hay luna más bella cuando en ti pienso...
No hay sol que abrigue más que tu recuerdo,
ni hay nada en el mundo que se compare a este sentimiento,
ni busco palabras en los diccionarios para expresarte lo que siento.

Sólo te hablo con la misma sencillez con la que me habla mi corazón,
solo contigo logro despertar queriendo abrazar a todos,
y es que eres la montaña más alta en la que sólo yo puedo estar contigo.

Con sólo mirar puedes elevar al infinito, y así de esta manera,
en letras simples, quiero decir que en esta oportunidad,
un corto instante contigo pudo ser una vida,
y que todas estas letras son para ti...

Para acompañar tus días llenos de tinta y papel,
esos en los que estás alejada construyendo historias,
construyendo sueños…

No me amas, no te amé o quizás nos amamos demasiado para darnos cuenta.
Ya no estás y es imposible pensar en lo que nunca será.
Vivirás en mi alma hasta que yo no respire.
Iluminaste mi vida como una tarde de sol,
para dejarme en esta oscuridad en la que caímos ambos…”


Este es un pequeño homenaje a una mujer extraordinaria, que abrió un camino por el que algunas caminamos, a pesar de las generaciones que nos separan.

Con admiración y cariño a Teresa Wilms Montt.

Nacida en Viña del Mar en 1893 y fallecida en París en 1921
.
Condenada al ostracismo histórico, pocas veces mencionada, como una de las grandes heroínas y escritoras del siglo XX.

sábado, 13 de noviembre de 2010

TARDE DE SOL.

El día se presentaba con sus mejores colores,
el cielo celeste ausencia de nubes y exceso de calor,
las flores que había recogido de su jardín estaban hermosas
como siempre las puso en un florero con agua fresca
y decoró el rincón preferido de su habitación.

Luego de ir y venir decidió aquietarse y tomar una ducha fresca,
lavó su cabello, el agua se hacía dueña de cada rincón sin mediar traba alguna.

Comenzó a recordarlo podía sentir sus manos suaves pero firmes,
ver los detalles del dragón que él tenía tatuado en el brazo,
el calor se apoderó de sus pensamientos,
no pudo solo recordar quería que fuese real.

Salió de la ducha con la firme disposición de verlo
y ser su juguete una vez más.
Confirmó al teléfono que iría a verlo.

Llegó rauda con el cabello aún mojado,
el también había tomado una ducha fresca,
el calor era fuera de lo común para el comienzo de la primavera,
pero era una sensación nueva, un horario totalmente diferente,
al de otros encuentros que habían tenido.

La iluminación era total,
no había lugar ni deseos de esconder nada,
todo comenzó a mezclarse dulce y delicioso
él sabía lo que a ella le gustaba y le proporcionaba placer entregárselo.

Ella dejaba que los acontecimientos fluyeran naturalmente,
su boca saboreaba todo, desde la traspiración que emanaba de su cuello
hasta los fluidos más poderosos de su virilidad,
para ella él era un postre tentador, que no podía despreciar.

Podían ver perfectamente cada gesto,
mirarse a los ojos fijamente y sonreír,
ver detalles que en noches anteriores no habían conocido…

El se atrevió a jugar más con sus manos,
llevarlas a profundidades que no había explorado,
ella se abría como una flor para que el la mirara,
para que su tacto recibiera el elixir que emanaba de su intimidad,
el lograba que ese instante fuese lento, pero preciso,
mientras algo de brisa entraba por la ventana.

Volvieron los besos profundos ella arañaba su espalda,
mientras el entraba con fuerza en ese lugar que ahora era todo humedad.
Ella miraba como él se encendía, eso la exitaba demasiado,
había bastante tiempo para entregarse gozo.

No se cansaban a pesar del intenso calor de esta tarde,
sus formas calzaban, el tomaba sus manos para ir cada vez más profundo
ella con cada gesto y sonido lo incitaba, él la descifraba,
los labios de ella se hinchaban mientras su cara enrojecía.

Iba a explotar, quedaba poco,
él sabía cómo lograr que ese clímax fuese duradero,
poderoso y exquisito.

Se abrazaban se miraban,
volvían las caricias ahora más suaves, nada rompía esos instantes
eso los liberaba de la rutina,
de todo lo que el mundo y las responsabilidades les prohibían.

Son dueños de ese secreto, de esa complicidad.

Podían disfrutar de lo bueno de esta vida sin restricciones…

Sin prejuicios

jueves, 4 de noviembre de 2010

PIEL Y TINTA.


A veces quisiera ser bestia... pero no lo soy...
y me da rabia tener cosas guardadas y no gritar...
Desgarrar con mis mandíbulas a mis enemigos,
sentirme poderosa y acabar con el dolor,
ver como la sangre corre y disfrutarlo...

Correr sin que nadie me frene y llegar donde quiero,
conquistar territorios y hacerlos míos,
matar por instinto solo para sobrevivir...

A veces quisiera ser bestia, pero no lo soy,
sólo soy yo y es mi sangre la que corre,
la que grita en silencio, la que tiene debilidades,
quien no tiene lugar fijo, sólo en el alma...

La infernal velocidad del tiempo, pone cadenas a cada palabra, a cada respiro...

Sin embargo, sigo escribiendo y respirando.
Solo existe un remedio para mi dolor. Escribir es solo una anestesia.
Como toda droga te amarra, te vuelve adicto.

Es imposible frenar esa carencia, que se transforma en necesidad,
sed de palabras, de letras, de emociones,
tan reales y vívidas que confunden la realidad de los sueños,
no quiero detener este letargo.

La sangre fluye mezclada con tinta,
y se queda pegada en la piel no tiene aroma y es indeleble,
el corazón late sin detenerse aún,
las palabras surgen sin control y me llevan.

Las dejo hacer su trabajo, soy vulnerable ahora,
puede ser peligroso me avisaron,
mas ya no hay vuelta atrás,
es complejo privarse de un dolor o de un placer.

Pero, ¿Qué sucede cuando este dolor me produce placer?
Masoquismo es lo más probable,
y sadismo porque yo misma me infiero heridas,
este es mi camino y quienes lean,
sabrán que la muerte no existe, si dejo huellas.

Hablando de sangre y letras decidí infringirme un nuevo dolor,
tatuar mi piel, letras bellas que componen mi nombre,
Algunos dicen que produce adicción,
puedo declarar que ese dolor me hizo
pensar en el poder de la tinta indeleble que queda grabada.

La inmortalidad es posible, cuando se abandona
el alma en letras...