jueves, 27 de enero de 2011

UNA PAUSA DESPERTANDO EN VERANO.

Después de mucho trabajar y lograr llegar hasta donde sus sueños lo llevaron,
estando en una posición de poder ante muchos y habiendo logrado excelentes negocios, despertó un día de verano casi al llegar a sus 50 años con una sensación de vacío
que nunca había experimentado, sus hijos grandes y su matrimonio que se transformó en una especie de acuerdo comercial.

Esos años casado le pesaban hoy más que otros días,
había dado su vida por dejar a sus hijos bien protegidos,
para que iniciaran con un buen respaldo sus caminos cuando terminaran los estudios.

Descubrió esa mañana cuando todos estaban de vacaciones menos él,
que de tanto correr tras la seguridad material para sus hijos,
había negado parte de si, una parte que hoy le pasaba la factura…

Comenzó a imaginar una vida totalmente diferente,
que pudo haber sido real si él hubiera hecho lo que sintió hace muchos años,
cuando la conoció en el momento en que aún buscaba
la seguridad del trabajo que ahora tiene,
cuando había tiempo para conversar y arreglar el mundo
como los buenos amigos que llegaron a ser,
compartieron sus dolores de infancia la falta que tuvieron de amor y de contención,
porque sus padres les fallaron.

Eran criaturas similares y a pesar del magnetismo
y la química que los unía los hizo dejar en pausa lo que estaba comenzando,
él a pesar de su valentía deseaba huir lejos,
porque la energía que detonaba en ella era devastadora,
ella nunca tuvo miedo a sentirse atada,
porque para ella amarlo era expresar libertad.

Quizás esta mañana el veía con claridad lo que ella representó en esa época,
cuando podían abrazarse y besarse como si no hubiera mañana,
cuando hacían el amor en ese sofá de gamuza
esas mañanas cuando el sol entraba irreverente y los acompañaba en sus aventuras
cuando dejaban que la piel decidiera por ellos.

¿Cómo dejar de oír su voz?
A pesar del tiempo, el teléfono les daba algo de conexión
el saber que ella estaba bien, contenta con su vida y sus hijos;
era algo que lo tranquilizaba,
de un modo pasivo estaba pendiente de lo que ocurría con ella.

Nunca notó que ella sentía su ausencia y los momentos que compartieron
esas charlas de tardes enteras frente a la chimenea
donde solo hablaban y reían cuando la vida les otorgaba tiempo,
ese tiempo que ahora no tienen y que quizás nunca volverán a tener,
porque su momento quizás se perdió en las dudas
y en la búsqueda de algo que hoy al despertar notó como poco importante
a pesar de haber entregado su energía y su empeño
para construir este futuro que se desplegaba ante su vista como poco interesante,
después de tanto esfuerzo.

Esta mañana calurosa el recuerdo de ella se volvía insoportablemente vívido,
junto al deseo de volver a esos años cuando pudieron ser más que amigos.

Hoy le dolía por no haber tenido la valentía de romper con lo establecido y darse la oportunidad de mirar la vida a través de los ojos de ella…

2 comentarios:

  1. ME ENCANTO BELLO LLENO DE ESA ATMOSFERA DE LA SOLEDAD Y DESEO DE OTRO QUE CUBRE NUESTRAS URBES
    FELICITACIONES

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  2. Sútil pluma, que envuelve y anima a leer... atormenta lo vivido y transmite pasión y entrega.

    Agradable lectura
    Fuerza en la escritura

    Excelente

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