CHOCOLATE Y CAFÉ

Hay aromas que guardamos en la memoria,
sabores que nos acompañan y se vuelven adicción,
como muchas drogas de venta controlada,
sus terapias eran solo darse gusto.

No había otro motivo que los juntara,
solo ese magnetismo primigenio,
el deseo de sentir vida en sus venas y calor en su piel,
susurrar sin miedo, cuando eran invadidos sus cuerpos.

La rutina definitivamente no era lo suyo,
eran mas que amigos, pero menos como para pregonarlo,
era ese su convenio, valoraban su libertad,
pero les gustaba verse.

Como en toda historia bastaron algunas palabras,
al comienzo, después pequeños acercamientos,
las cosas avanzaban y ellos se dejaban llevar,
podían sentir mucho en poco tiempo,
trataban de descifrar cada gesto y aprender nuevas cosas.

Era una amistad diferente,
conocían su sabor y su aroma, eso les atraía,
incienso, cigarrillos, el perfume del cabello de ella,
todo se mezclaba e impregnaba sus pieles,
no tenían miedo, no había consecuencias.

El estaba cansado, muchas veces el trabajo les impedía continuidad,
pero estaban lejos, mantenían el contacto de diferentes maneras,
ella quería verlo a pesar de desconectarse por un tiempo,
se vieron y todo comenzó otra vez.

Ahora los acompañaría una escencia para masajes,
sentir arder la piel de cada uno era un placer que no querían perder,
además de sus propios aromas el chocolates y el café acompañaban
esos movimientos, suaves acompasados
otras veces mas fuertes y punzantes.

Se entregaban sin pudor ni reparos, sabían lo que hacían
y los unía esa valentía, el saber que no había ataduras,
sin embargo reales al sentir juntos,
no hay misterios al estar desnudos,
los besos brotaban solos y la naturaleza los atraía.

Arañazos en su espalda, los besos de el en el cuello de ella,
abriendo caminos para sus juegos entre sábanas,
no les importaba si hacía calor o frío,
cuando estaban juntos la temperatura de todos modos subía,
era natural encajaban uno en el otro.

Pasaban horas, las pausas eran dulces y llenas de caricias,
no dejaban que su piel perdiera su tono,
sabían como volver a incendiar ese lugar que tanto gusto
les daba y volvían a besarse y a tocarse,
sanaban de heridas pasadas, era una manera diferente de querer.

Pero sus risas, sus aromas, sus miradas y sus besos
los acompañarán donde la vida los quiera llevar...