sábado, 7 de noviembre de 2009

EN EL TREN ...

Tú que pasas sin darte cuenta que estoy acá, no me notas pero te veo… Siempre bella, perfumada y leyendo… Tus lentes no pueden esconder el brillo de tus ojos ni su color verde esmeralda, tu piel blanca con deliciosas pecas, ese lunar coqueto cerca de tus labios, tu cabello castaño, suelto y brillante, no le tienes miedo a los colores usas pañuelos y bufandas según sea la estación, nunca dejas de usar pantalones, me gusta verte con botas tu figura se estiliza, pero eres práctica no las usas siempre… A veces sonríes cuando lees, ayer no te vi leyendo estabas muy seria, mirabas por la ventana y una lágrima se escurría entre tus pecas ¿Qué te pasó? Quisiera ayudarte, volver a ver esa sonrisa como cuando lees.
Hace años tomamos el mismo tren en el primer bagón, te bajas donde me bajo yo, y no me notas, no me conoces, ni lo que siento por ti cada mañana, menos los sueños locos que tengo contigo…
Siempre sales de vacaciones en Julio, las tres semanas más tristes para mí, pero siempre vuelves cada vez más bella, te imagino hasta como un dibujo, un animé perverso que juega conmigo cumpliendo mis fantasías…
Debo estar enloqueciendo, pienso muchas veces, tengo 48 años tu quizás 30, jamás haz cruzado una mirada conmigo, hace 5 años que te miro, se que te molestan los niños llorones, los que hablan fuerte por su móvil, que les cedes el asiento a las señoras mayores y a los abuelitos, que te gusta mirar bebés pequeños y les sonríes a sus madres, que te gusta sentarte al lado de las ventanas, y las cosas rojas (blusas, accesorios, carteras) a veces creo que muchos notan, menos tu, que adoro mirarte y tocarte con mis pensamientos, para después hacerte mía en mis mejores sueños…
Hoy no vienes sola una señora te acompaña, vienen conversando animadamente, de pronto noto que la señora se siente mal y se apoya en ti, tu dices que necesita ayuda, esto es una señal, me acerco a ti al fin, saco de mi bolso el estetoscopio y chequeo su corazón, su presión bajó, llamo al hospital y pido que me espere la ambulancia en la estación, ella se descompensó tiene diabetes hay que llevarla a urgencias de inmediato, al fin me miras, quieres acompañarla al hospital es tu vecina me comentas.
Llegamos a la estación la ambulancia espera y nos acompañas, doña Rosa está delicada, pero puedo tratarla , en el hospital tengo los recursos y partimos.
Me dices que doña Rosa tiene sus hijos muy lejos y que vive en tu calle, que te llamas Marcela y que hoy se encontraron en el andén del tren.
Al fin podré verte y hablarte, pensaba mientras me contabas sobre doña Rosa.
No faltaste un solo día a verla estuvo una semana acá y logramos conversar bastante, supe que vienes de Antofagasta que tus padres murieron y no tienes hermanos, que tuviste un embarazo y perdiste al bebé, tu novio te dejó...
Tus padres te heredaron unas tierras, pudiste venderlas
y empezaste de cero lejos de todo lo que te dolía, te mudaste a Quilpué, que estudias y trabajas en Valparaíso y que no quieres tener compromisos.
Doña Rosa salió del hospital y empezamos a viajar juntos, ya no lees, conversas conmigo.
Va un mes desde que hablamos y me animó a invitarte después del trabajo, aceptas sin problemas ya sabemos mucho uno del otro, te invitó un café, no puedo dejar de mirarte, eres bella cuando sonries, oscurece y me dices que te acompañe ya no hay trenes circulando, así que tomamos un taxi debo dejarte en tu casa, me invitas a pasar, dudo un momento, pero entro, que mas puedo perder llevo 5 años y un mes adorándote, te sacas el abrigo me ofreces un té, ya es tarde pienso, pero no quiero irme, estás relajada en tu casa y seguimos conversando, te miro y te digo la verdad - Dejé de usar mi auto cuando te vi en el tren, que espero cada mañana por verte y ahora mas porque conversamos, te acercas y me besas, no creo que esté pasando, soy torpe, pero no tonto, nunca quise casarme esperaba una señal…
Me diste la mano y me llevaste a tu cuarto me quitaste la ropa, y rápido te sacaste la tuya, creo que hace rato no hemos tenido un encuentro de estos…
Parece que nos hubiéramos quitado cadenas y parecemos locos dándonos gusto mutuamente, no quiero terminar tu menos, me pides lo que deseas sin problemas jamás te imaginé así, pero estoy feliz de darte lo que me pides, son horas en esto y sale el sol ya es sábado y dormimos juntos, puedo verte desnuda tranquila descansando tras las locuras que hicimos…
Recorro en mi mente imágenes de ti, de los que me pediste y te dí, como disfrutaste con lo que hicimos, y nada te asustó, como me tocaste, como te movías, nuestro calor, tus sonidos cuando gozabas, la fuerza que se esconde tras tus ojos esmeralda, el olor de tu piel que se mezcló con la mía, mis manos recorriendo rincones que esperaban caricias, tu sonrisa disfrutando, mientras te hacía mía una y otra vez, sin vergüenza ni reparos por nuestra diferencia de edad.
Termina este año y aun estamos juntos, tengo una sorpresa te pido que vivas conmigo, me dices que sí, te muestro una cajita tus ojos brillan, me arrodillo y pongo un anillo de diamantes en tu dedo…
Los sueños se hacen realidad, pienso mientras te beso.


4 comentarios:

  1. Bellamente utópico. Los sueños se hacen realidad, es cierto. Pero es difícil averiguar el momento exacto en el cual ya no existe diferencia entre las utopías y las realidades. Ese.. "ahora es cuando" donde ya no existe nada, sino las intenciones de convertir ese sueño en una fracción de tiempo vivida. La variable... es en la forma y las ganas de hacerlo. El resto, llega solo!

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  2. Es difícil el ejercicio de hablar en primera persona con género cambiado. Se nota que nos conoces...
    Los sueños son siempre sanos cuando no interfieren ni fuerzan los de otros, y acá da la impresión que la causalidad y la casualidad se conjugan para hacer topar esos sueños. Siempre es agradable ver los sueños cumplidos, sean propios o de terceros que parecen merecerlos.
    Como siempre, evocativa.
    Mis honores...
    Y un humilde consejo... me parece que el ritmo de los hechos es un poco vertiginoso, desde la cadencia del primer encuentro hasta el anillo. Sólo una opinión...

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  3. Me gustó mucho tu relato, existe una armonía entre los deseos, el desenlace y un hermoso remate. Mi respuesta a tu relato o podríamos llamar relato alterno.
    Escucho sonidos de alarma, se acerca un señor vestido de azul, es el guardia de la estación, me dice que debo bajar, es la quinta vez que me quedo dormido pensando y soñando en Damiela, algún día me mirará y le diré lo que siento.

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  4. muy bueno, me identifique un poco con la historia, por mi trabajo (en tren) varias veces me ha pasado que veo a la misma mujer una y otra vez en el mismo lugar y muchas veces mil fantasias pasan en mi cabeza con esa mujer.... Te felicito, escribes muy bien

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