martes, 6 de julio de 2010

VIVIR.

¿Qué nos impulsa a seguir aunque nos hayamos golpeado?

¿Por qué algunos bajan los brazos y deciden acabar con sus vidas?

Todos hemos pasado por momentos oscuros, nadie va por la visa derrochando rosas y sonrisas constantemente, tampoco tendría mucha gracia, porque no sabríamos apreciar lo realmente bueno si no nos tocara un poco de lo adverso.

Una noticia me dio en la cara hace muy poco, el hermano de una amiga está grave, intentó suicidarse, yo lo conocí compartí un poco con el y hablamos de muchas cosas, un chico joven y muy inteligente.

Nunca me hubiese podido imaginar que precisamente el iba a atentar con su propia vida.

No han sido pocas las veces en que como escritora he tratado de imaginar mi vida sin mi, o mejor dicho lo que pasaría con todos a quienes amo si yo ya no estuviera.

Definitivamente el espectáculo no sería el mejor, sobretodo para mis hijos.

Siento que en este asunto del suicidio hay un factor de egoísmo muy grande, quienes sufren son los que te aman y ese sufrimiento lo cargarán siempre, es como además de tomar esa determinación quisieras castigar a los que te han dado amor.

No es solo morir, porque todos moriremos algún día, sino que planificarlo y llevarlo a cabo, es una frialdad que me asusta, tuve mis momentos, no lo puedo negar, cuando todo se pone negro cuando te revelas con Dios, por ponerle nombre a ese ser, que supongo sabe más que yo y que todos.

No creo que morir premeditadamente sea la solución a las cosas que nos suceden, y siento que todas las cosas aunque no sean positivas tienen un propósito, aunque en el momento caminemos sin luz por un lugar tremendamente oscuro.

Conozco historias llenas de luz, amigos que valen oro, tengo amor para entregar y manos para poder crear un mundo a mi alrededor.

Por el momento cuento con la fortuna de vivir mis días haciendo lo que me gusta y no pretendo bajar la cabeza, ya mucha gente cercana a mi se fue, pero eso me da fuerzas porque siento que de un modo especial me acompañan.

Nunca estamos solos y si tenemos suerte las estrellas vuelven a brillar después de que termina de llover, porque las estrellas siempre están ahí aunque no las podamos ver ...

El reloj no se detiene, el corazón late, el aire circula y hay que seguir para ver que sorpresas nos trae la vida.

Tratar de sonreír lo mas posible porque nadie nos detendrá las lágrimas cuando sea tiempo de llorar.

Abrazar siempre, no cuesta dinero y vale demasiado.

Voy a amar otra vez, de ello estoy segura y seré feliz...

Si durmiendo me voy quedarán estas letras para que no me olviden.

1 comentario:

  1. muchos pintores han tratado de pintar la nada, los mejores ejemplos que he observado son marinas cubiertas por la niebla. La sensación de indiferenciación entre los bordes de las cosas familiares te sacude. Así es el leve y atronador equilibrio entre la muerte y la vida. La perdida también implica algo de salvación...eso nos impulsa seguir. Lloramos...negamos el absoluto...pero cuando comprendemos ese equilibrio tan bendito podemos dormirnos profundamente sabiendo que ningún escritor puede brotar un cuento sin tu papel en el universo....

    ResponderEliminar

Agrega tu comentario es muy importante para mi... Gracias.